domingo, 21 de noviembre de 2010

Ojos Nocturnos


Caminaba sobre los viejos pasadizos de la facultad de educación, sentía que letras oscuras e indescifrables brotaban de sus diminutos poros. Iba con la mirada cabizbaja escuchando el eco de su sombra, cuando lentamente alzó su díscola mirada y ante aquellos soles nocturnos que brillaban a pocos metros de él, halló su más ínfima verdad. Una tierna luz socavó al deseo de detenerse, avanzar unos cuantos metros y besar, sólo besar y apagar dulcemente aquellos ojos que cegaban su diurna soledad. De pronto se vio rodeado seres y animales mitológicos que danzaban en el cielo alegremente. En el instante en el que por fin decidió acercarse a aquella muchacha de tez rosada, recibió un golpe en el hombro izquierdo y escuchó estas duras palabras: - ¿Qué miras Joaquín? , ya vamos ... - , era Roberto, su amigo y compañero de salón. Los seres místicos desaparecieron como burbujas extraviados en la tempestad del viento.
Llevaba ya quince minutos contemplando a aquella muchacha de ojos marrones, sin sentir la mórbida sacudida del pestañeo en su mirada. Cuando al sentir el tan leve contacto del golpe provocado por su amigo, despertó del sueño profundo en que se encontraba envuelto y sólo atinó a susurrar lentamente:
¡Putamadre qué hermosa es!


Por : Joe Guzmán R.

No hay comentarios:

Publicar un comentario