jueves, 19 de mayo de 2011

Quimera Rosada

El miedo fluía como un río malsano por la rendija de una quimera rosada. El rocío de su mirada pronunciaba versos insípidos en la buhardilla del hostal. Ante todo, Ramón estaba allí, con su literatura absurda de inviernos y otoños. Rossey, leía cantos épicos en el ocaso de su tristeza.


-Ya es tarde, lo mejor sería que te fueras.
-Comprendo.
-¿Nos volveremos a ver?
-No lo creo, tal vez desaparezca para siempre…
-Te extrañaré.
-Lo siento.
-Entiendo, adiós.
-Cuídate…

Joe Guzmán ...

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