Tus ojos de fiera dormida
han secado con sus lágrimas
el fuego del viento
en tristes despedidas.
Decidiste mentir a la muerte
besando el juego de nostalgias
que se arrodillan
a las espinas de nuestra desnudez.
El recuerdo de torpes caricias
que se perdieron en las calles
de tus piernas de seda
agonizaron en el crepúsculo
a finales de Agosto.
Y el camino de flores negras
que tejimos en nuestra piel
se llenó de arrugas
al pasar el tiempo
en una taza de café.
por : Joe Guzmán R.
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