sábado, 26 de marzo de 2011

MUERTE

Deambulaba taciturno reflejando su melancolía en el espejo sucio que dibujaba un charco dejado por la llovizna de unos minutos atrás, preguntaba él a su conciencia si su vida como el charco era impúdica y no tenia sentido, su cerebro filosofa con rayos de pensamientos que recorren su mente carcomida por una droga humana llamada civilización, no encuentra ya el camino a casa, no encuentra ya la vía de regreso, perdido como su mirada camina sin sentido, preguntando y preguntando a un ser inexistente denominado Dios, ¿vivir? Quizás no tiene sentido vivir, ¿morir? No tendría sentido morir, seguir aquí pensado preguntado sin encontrar respuesta, ¿es acaso que no existes?, ¿me has abandona y dejado a mi suerte?, ¿esta es una señal diciendo que soy el hijo negado, la oveja negra que no puede ser sacrificada en tu templo?

Prende un cigarro que se consume, y a su ves este consume su vida, la arroja al charco y ve como se apaga y su vida extingue, ¿acaso debe morir?, ya no existe lugar para hombres como él, camina hacia el medio de la calle esperando que un auto acabe ya con su incipiente  agonía, cierra los ojos esperando el momento feliz de decir adiós; reacciona al escuchar el celular en su bolsillo, maldito celular, se dice a el mismo, controlas mi vida y no puedo vivir sin ti, toma el objeto salvador y sorpresivamente se refleja una luz en su mirada, una sonrisa y felicidad se apoderan de su alma, quiere vivir, quiere ser feliz, no puede desviar la mirada que refleja el nombre de la llamada perdida, imagina tomándola de la mano, sonriendo juntos, mirándose a los ojos y decirse te quiero, reacciona con la palabra maldición que emiten sus labios, otra ves su mente juega con él, y como niño mimado cae en su juego.

Camina callado cobijándose en su polo tratando de proteger su huesudo cuerpo, reanuda la conversación consigo mismo preguntándose porque la siente tan cerca que hasta puede escucharla respirar, la siente tan cerca y recuerda su conversación /tenemos una conexión astral/. Su inconsciente juega nuevamente con el y sonríe porque es feliz, toma el celular la llama y con voz nerviosa trata de decir las palabras que trato muchas veces de hacer llegar a su oídos; t-t-t-e-e q-q-u-i-i-e-e-r-r… un golpe interrumpe su conversación y cae muerto al suelo. Gritos de pavor se escucha alrededor, las sirenas se acercan,  ¡es un joven delgado que estaba en medio de la calle y el conductor no lo vio¡ empiezan los susurros, los curiosos corren despavoridos al ver que el cuerpo desaparece.

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